Ainhoa Lete, una emprendedora construyendo un planeta de colores
Reservarme la mañana del último día del año para estar con Ainhoa Lete me parecía una buena forma de terminar el 2012. La conversación necesariamente debía de tener un marcado tono positivo, alegre, pleno de color, porque a Ainhoa y la compañia que dirige han tenido un año trepidante, impactante me atrevería a decir. Han sido muchos los cambios y retos que han abordado. El más fácil de ver es que han mudado de piel. Un nuevo concepto de identidad corporativa (han dejado de ser Donewtech Solutions) para adquirir una nueva dimensión en forma de «planeta de colores«. BuntPlanet se llaman ahora. (bunt es una palabra alemana que significa «colorido»).
En palabras de Ainhoa «La creación de BuntPlanet es el resultado de un proceso de búsqueda de la propia esencia de la compañía. La consecuencia de alinear la personalidad y el background de sus fundadores con lo que la compañía y las personas (dreaming minds) que la conforman quieren ser«.
Así, cuando uno entra a sus oficinas percibe que entra en un mundo singular. Uno de esos espacios corales y armónicos donde todo tiene un porqué. Gente que se lo pasa bien haciendo lo que les apasiona: desarrollar software. El como lo hacen queda evidenciado por la existencia de la sala «scrum«. Son «agilistas«, esos «piraos del método» ;-). La arquitectura y objetos de la sala dan muchas pistas de como trabajan…No hay sillas, ni mesas…tan sólo paneles y mucho post-it manuscrito…austeridad complementada con la tecnología justa. Una gran pantalla con su teclado, conexión ethernet y la webcam.
Más detalles significativos. Dos salas de trabajo. La Dreaming room y la Thinking room. Tela!! Ambas salas blancas con mensajes inspiradores escritos en sus paredes. Un ejemplo: «To have a great idea, have a lot of them» de Thomas Edison. Y una gran pizarra que en realidad no es otra cosa más que la superficie de una de las cuatro paredes de la sala. ¿Estimulante verdad?
Pero volvamos a Ainhoa. A sus inicios. Creo que es una historia que merece la pena ser siquiera brevemente recordada. Chica soñadora que termina el grado de Ingeniería de Organización en Tecnun y decide irse a Alemania (es lo que tiene saber alemán) a trabajar con su chico (Raúl Navas). Tras analizar varias posibilidades, deciden irse a la central de la Siemens en Munich. Legoland, donde trabajaban 15.000 ingenieros desarrollando productos y conceptos. El futuro!. Una etapa vital divertida y emocionante de la que Ainhoa extrajo aprendizajes y experiencias muy valiosas. La primera oportunidad que se le presentó en la Siemens fué hacer un trabajo de diseño y programación de una app móvil (cuando todo esto estaba por explotar). La aprovechó desde luego. Aquí comenzó su «buena estrella» en la Siemens, aunque ella siempre se ha considerado «una mujer con suerte». (Personalmente creo que esto último tiene más que ver con su humildad, con no querer creerselo demasiado).
La segunda oportunidad importante que le concedieron fue la de encargarla la investigación y desarrollo de un nuevo E.R.P. en el marco de una colaboración con un partner suizo. Ya estaba. Había llegado a convertirse en poco tiempo en una consultora senior, reconocida y bien valorada por la Compañía.
Pero sin embargo una mañana de domingo, tomando el brunch en un inspirador e histórico café de Munich, con Raúl y Javier Hernandez (ingeniero donostiarra compañero de facultad que trabajaba en el Fraunhofer Institut, en Erlangent y que acababa de fundar la empresa Incide), decidieron crear su propia empresa: Donewtech Solutions. Harían desarrollos de software a medida para clientes alemanes, principalmente la Siemens. En palabras de Ainhoa «eran tiempos de abundancia. De inconsciencia juvenil creativa que nos llevaba a no primar la seguridad de un puesto de trabajo por el gusto por la aventura, por asumir riesgos». La propia Siemens nos pedía reclutásemos más ingenieros para la compañía». Así que iba a crear su propia empresa. Para ello tenía que encontrar un socio industrial (una suerte de business angel) que le aportase el capital inicial que necesitaba (30.000 euros ) y el know how de gestión empresarial y comercial del que adolecía. Tuvo suerte. Se topó con un empresario guipuzcoano que creyó en ella y en su proyecto. Javier Berasategi (fundador de TTT). Este empresario ha sido determinante para la aventura emprendedora de Ainhoa, no sólo por el dinero que inyectó al proyecto, si no por el mentoring, por la transferencia de conocimiento que pudo recibir de Javier y de su familia. Por cosas como ésta se siente Ainhoa tan afortunada.
Ese mentoring por ejemplo le hizo contratar (primero externalizado) una financiera. Dice Ainhoa «enseguida me hicieron saber una de las máximas de las grandes empresas de éxito. Cuando inicies un proyecto de innovación, de (intra)emprendizaje, pon junto a una Ingeniero a un financiero y dedícate a lo que sabes dejando la administración en manos de profesionales«.
Nada hacía presagiar que llegaría la crisis de las tecnológicas puntocom en el 2001 y con ello la pérdida de su contrato principal con la Siemens. De la abundancia a la escasez, y de aquí a la zozobra. Pero de modo paralelo (pensamiento lateral) a descubrir que en realidad les apetecía mucho recuperar «la barandilla de la Concha» en sus vidas. Suena un poco a la metáfora de «matar la vaca», ¿verdad?… 😉
Así que volvieron a Donostia para empezar nuevamente casi de cero. A crear nuevos conceptos de desarrollo de software a medida e ir creciendo despacito, incorporando y asentando personas en el proyecto, sin renunciar a ser ambiciosos «pero dando pasos cortos y seguros, sin querer crecer a costa de perder el control de la compañia. Principalmente porque siempre hemos querido sentirnos libres y hacer las cosas a nuestro modo, sin injerencias ni consejos de accionistas que nos restaran independencia«. En este tiempo surgen dos nuevos proyectos en forma de spinoff: Addonia y Jakitoki. Hitos que conjuntamente con otros, otorgan la madurez suficiente para que Ainhoa y su compañía encaren en el 2012 un nuevo plan estratégico, que tiene «aromas» de reinvención, de innovación radical. Una transformación que lo impregna todo. Nueva marca, nuevas instalaciones…y nuevos retos.
El primero es ensayar una nueva modalidad de participación que pasa por dar poder a las personas que trabajan en BuntPlanet, los «buntianos», que en definitiva son el alma de la empresa. La participación de los «buntianos» en la toma de decisiones directivas y en el reparto de beneficios de la compañía son la consecuencia de la evolución hacia un nuevo marco de relaciones laborales impulsado por ADEGI. Confianza que posibilita complicidades y decisiones compartidas. Ainhoa habla con verdadera pasión los «buntianos». (La verdad es que da mucha envidia lo que transmite de todos ellos).
Por delante tienen un nuevo plan estratégico, que como dice el castizo es «de pantalón largo»! El leit motiv, el mantra de la compañía es «Hacer un mundo mejor <—- > ganando dinero«. Para ello se van a involucrar en muchos de los conceptos y oportunidades de las smart cities. Enormes retos, complejos, para los que van a necesitar contratar más talento emprendedor. Y necesitan un comercial YA!. Un nuevo dreaming mind enamorado del software y comprometido con el medio ambiente
Ainhoa lo resume así: «Iniciamos una travesía hacia lo desconocido, con la incertidumbre como inevitable compañera de viaje, porque buscamos un sueño, un objetivo. Queremos hacer un producto que ayude a construir un mundo mejor. Nuestro reto es ser creativos concibiendo procesos que identifican la solución de problemas complejos y el software que lo facilita«.
Este corolario final de Ainhoa me ha hecho acordarme de un artículo de Michele Boldrin que leía recientemente en El País: «Aguantar mata. El dilema de España«. La idea fuerza del artículo en su título. El peor error que una empresa puede cometer en estos tiempos de cambio de ciclo económico es pretender «aguantar vs innovar. Reinventarse es obligado, imprescindible atreverse y abordar los cambios «sistémicos» necesarios para NO convertirse en una «empresa zombie«.
Y algunas cosas muy especiales más que os invito a que descubráis en esta breve charla que mantuve con ella.