Entrevistas Emprendedores: Miguel Ángel Carrera: «La industria científica es maravillosa, pero hay que tener mucha paciencia»

 Miguel Ángel Carrera, AVS . Foto cortesía D.V.

Miguel Ángel Carrera, AVS . Foto cortesía D.V.

Entrevista a Miguel Angel Carrera, CEO -Cofounder de AVS Added Value Solutions y miembro del Foro de Emprendedores de Adegi,  realizada y publicada en el Diario Vasco

Added Value Solutions (AVS) es una empresa del futuro enclavada en la Elgoibar del presente. Tanto es así, que a su director general y uno de sus tres creadores, Miguel Ángel Carrera (Vitoria, 1974), no le cambia la cara cuando le propones que fabriquen una espada láser. Es más, ríe y contesta: «Todo es ponerse». Esa confianza en sí mismo y en sus compañeros, Jon Osoro y RicardoDiego, les sirvió para dejar hace diez años sus empleos en Tekniker e Ideko, respectivamente, y lanzarse a crear una firma que hoy trabaja con la NASA, el acelerador de partículas (CERN) o la Agencia Espacial Europea. Sus productos (merece la pena visitar su web) son, sencillamente, los mejores de un mundo, reconoce Carrera, repleto de frikis brillantes.

– ¿Cómo y por qué alumbran AVS?

-Jon y yo, que somos o al menos éramos muy buenos, habíamos cumplido un ciclo, queríamos otras metas

-Ser bueno no garantiza nada.

-Es verdad, además estábamos recién hipotecados. Pero salvo la verguenza de fallar, sobre todo ante la familia, pensamos que siempre podríamos trabajar en otro sitio.

-Me falta el tercer mosquetero.

-El tercero es Ricardo Diego, un fenómeno al que conocía el padre de Jon, que por cierto ha sido una eminencia en Danobat. Somos absolutamente distintos. No nos parecemos ni en la forma de ser, ni en la de disfrutar de la vida, ni en los amigos… Yo, urbanita total; Jon, casero, que ordeñaba las ovejas antes de ir a Tekniker; y Ricardo, también distinto. Pero en el trabajo lo tenemos claro. Ni una bronca en diez años y un respeto de la leche entre nosotros.

-¿Cuál era el desafío?

-Ser proveedores llave en mano de grandes retos de instrumentación científica. Y aquí estamos, haciendo cosas difíciles en entornos difíciles, como el espacio, el vacío o bajo radiación o en criogenia. Lo hemos logrado, compitiendo con 40 personas desde Elgoibar contra empresas, la más pequeña, de 4.000. Es el puro estado del arte. Lo que hacemos es siempre la primera vez que se hace en el mundo.

-¿Hay compañías parecidas a la suya entre sus competidores?

-No. Lo más parecido es una compañía pequeñita en el estado de Nueva York. El resto son gigantes.

-Pero no empezarían trabajando para el CERN, ¿no?

-Claro. Empezamos haciendo diseño de máquina-herramienta, sobre todo para Danobat y Bost, y poco a poco esa actividad ha ido perdiendo peso hasta suponer menos del 30%.

-¿Quién le iba a decir en 2006 que su empresa fabricaría un brazo robótico para recoger muestras en un asteroide, eh?

-Ni de coña. Quién me iba a decir que desde 2012 en AVS hablamos todos los martes con la NASA. Es ya una rutina. Y así vamos a estar hasta 2019.

-¿Ha costado mucho?

-Imagínese. Hemos viajado mucho, sobre todo yo. Han sido años volando por el mundo, diciendo que lo podíamos hacer, con una presentación sin una puñetera foto ni nada… Y ahora tenemos proyectos preciosos que podemos enseñar a quien sea.Con la crisis se vio que no había trabajo seguro aún en una empresa de 200 años

-Además empezaron y al poco tiempo estalló la crisis…

-Pero en cierto modo eso nos ha ayudado.

-¿Por qué?

-Hemos podido captar mejor el talento. No quiero decir que hayamos contratado barato, sino que con la crisis se vio que no había trabajo seguro aún en una empresa de 200 años. La crisis nos equiparó en seguridad con cualquier otro.

-¿Se llevaron a los valientes?

-Sí. Además, cuando emprendes tu presión es el qué dirán. También tu familia. Los tres éramos jefes y reconocidos en nuestros trabajos y dimos el salto.

-¿Cual es su misión en la compañía? ¿A qué de dedica?

-A todo. Si le digo que acabamos de contratar a una persona para recursos humanos… Llevo las direcciones comercial, estratégica, de I+D, recursos humanos, márketing… (ríe). El más tonto de los tres era yo. Jon y Ricardo, que son buenísimos, llevan las direccciones industrial y de mecatrónica. Yo no he conocido ni en clientes ni en competidores a dos tíos mejores que ellos.Cuando emprendes tu presión es el qué dirán

-¿Es cierto que es difícil encontrar ingenieros en Gipuzkoa?

-Sí. Hay un problema de concepto. Los ingenieros ahora quieren gestionar personas, no ser técnicos. En AVS yo quiero que puedan ser técnicos toda su vida y que ganen como el mejor gestor. En las escuelas de ingeniería a nosotros nos vienen a ver cuatro y a CAF, cuatrocientos. En AVS, si quieres ser un friki toda tu vida te vamos a dar todos los retos del mundo en cacharrería difícil; y vas a trabajar con los mejores de EE UU, Japón o la India.

-Creo que ahora quieren empezar a producir en serie, ¿verdad?

-Sí. Es el siguiente salto. Nuestra estrategia era esa, pero había que encontrar el qué. Nuestra ventaja es que hacemos cosas complicadas y, de vez en cuando, tenemos la suerte de hallar posibles productos. Trabajamos en una atalaya. La industria de la ciencia es maravillosa, pero hay que tener mucha paciencia. Ahora vamos a hacer una parte de unas máquinas para diagnosticadores médicos para una empresa británica. También haremos una parte de unos satélites de telecomunicaciones. Y también hemos diseñado unas grandes estructuras para aceleradores. No es el camino corto, pero es el camino. Ahora tenemos que seguir en la atalaya generando confianza hasta encontrar el producto que nos saque de pobres.

-¿Ve factible un salto en Euskadi de la industria pesada a la industria científica o técnica?

-A lo mejor me meto en un jardín. Si te crean como ingeniero para producir para otros harás eso siempre, como persona y como país. Está bien, por que hay que dar trabajo a mucha gente, pero tiene que haber de todo. De todo es de todo.Ahora tenemos que seguir en la atalaya generando confianza hasta encontrar el producto que nos saque de pobres

-¿De dónde son sus proveedores?

-El más lejano, de Tolosa. (Ríe)

-¿Qué le sugiere la línea de 200 millones del Gobierno Vasco para innovación? ¿Es necesaria?

-Sí, pero el diablo está en los detalles. Que no te obliguen a trabajar sí o sí en la industria 4.0 o con un centro tecnológico. El dinero está barato, así que lo más importante son los avales. Pero cada empresa tiene necesidades distintas. No sé, es muy complicado. Imagínese que te vienen CAF, Ibarmia, un atunero y AVS. ¿Cómo hago una línea de financiación para todos? Lo mejor es no coartar la investigación y que sea abierta.

-Acaban de recibir el Premio Nueva Empresa de Gipuzkoa de Adegi. ¿Sirven estos galardones?

-Sirven, y mucho. Nos han llamado muchos amigos, muchos proveedores y muchos clientes. Necesitamos a todo el mundo motivado, así que ¡guay!