Sexto taller de nuestro seriado “Escuela de Emprendedores: Itinerario de formación y contraste. En esta ocasión lo hemos dedicado a repasar los aspectos estratégicos que llevan a una empresa joven (startup) a plantearse “crecer por encima de sus capacidades orgánicas” al objeto de aprovechar su oportunidad de ganar cuota de mercado y volumen de negocio. Y en consecuencia, las vías existentes de cara a lograr músculo financiero a través de, a saber, ampliaciones de capital por superar rondas de financiación o bien incorporando nuevos socios industriales o capitalistas. Nuestro experto para la ocasión: Iñigo Irizar, consultor en estrategia empresarial y buen conocedor de los entresijos entre los que se mueven los emprendedores e inversores a la “búsqueda de sus particulares Dorados”.
Iñigo, en su habitual estilo ordenado y aderezado de oportunas referencias de prestigiosos pensadores del management y la innovación, comenzó citando a Christensen, gurú de la Innovación Empresarial, para poner el marco a la sesión con dos premisas de partida:
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Sé paciente con la con el crecimiento pero impaciente con la rentabilidad
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Busca el dinero bueno, fundamentalmente el de los clientes.
Para entrar de lleno en la consideración de ¿Qué es dinero bueno? para un emprendedor en búsqueda de capital. Y la respuesta es clara. Sólo aquél destinado a crecimiento (o al menos a aprendizaje según la metodología Lean Startup). Todo lo demás es otra cosa (tapar agujeros) , y un inversor de capital riesgo no lo va financiar.
En este punto, Iñigo nos introdujo en los conceptos fundamentales que dan pie a una buena negociación entre emprendedor e inversor:
1.- La cuantificación del valor de una empresa es el resultado de lo que hace la empresa y de lo que planea hacer.
2.- El modelo de negocio debe explicar eso que la empresa ya hace y lo que tiene previsto hacer. Esta explicación es una historia que después debe traducirse a números.
3.- Un modelo de negocio falla porque la historia que cuenta no es real y/o porque los números que de la historia se derivan no permiten soportar una lógica económica que permita sobrevivir al negocio. Y esta incoherencia se pilla al vuelo…excepto en el caso de Gowex!. (leanlo en modo irónico, no hagamos sangre).
4.- Modelo de negocio y estrategia no es lo mismo. El modelo de negocio narra la historia de lo que hago y voy a hacer. La estrategia explica por qué los clientes me prefieren frente a otras alternativas, es decir, por qué soy diferente y más valioso para los clientes. La estrategia me permite identificar la oportunidad en el mercado. Y saber cómo llegar a él.
5.- En la técnica de valoración de la empresa para dar entrada a un nuevo inversor es crítico que el emprendedor conozca y entienda cuanto antes en que términos y claves se va a desarrollar la negociación de valoración de la empresa y la cuantía de cesión de participación (acciones) que habrá de acordar con el inversor. Su aportación dineraria estará enfocada únicamente a que la empresa aproveche su oportunidad de mercado y crezca.
6.- El método de cuantificación más habitual utilizado para la startup es el VC Method que consiste en:
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Paso 1: Beneficio derivado de la actividad de la startup en el año final (Canvas)
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Paso 2: Estimación del PER (Ratio entre precio y beneficio)
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Paso 3: Cálculo del valor a término de la startup = Beneficio x PER
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Paso 4: Valor actual del valor a término
7.- La negociación con el inversor se establece en base al riesgo. Cuando el inversor percibe un riesgo alto, la valoración del negocio será menor (precio más bajo). La experiencia y capacidad del emprendedor serán muy tenidas en cuenta por el inversor, más allá de las dificultades propias del sector/nicho de negocio.
8.- Es muy interesante conocer y saber aplicar modelos estocásticos en cuanto a ingresos por ventas de cara a establecer un rango de valores creíble para el inversor a la hora de hacer la valoración de la empresa. Para ello:
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Hay que demostrar al inversor que conocemos la realidad de nuestro nicho de mercado: Existe la oportunidad de llegar al target y conseguir clientes y nuestro plan nos permite aprovecharla.
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Demostrando que conocemos la realidad, podemos acotar el valor de la startup en un rango menor y acercar el cierre de la operación de incremento de capital.
Finalmente, en conversación a solas con Iñigo, éste compartió conmigo la sensación de que “hay dinero para invertir” y los buenos proyectos lo están captando. Más en “formato cerrado y solo accesible por buenos contactos” que en el terreno de acudir a rondas de financiación abiertas. Múltiples factores entran en juego. Uno de ellos que la startup esté liderada por equipos promotores talentosos, y bien equilibrados. No descubrimos nada. Lo que duele es ver la comparación entre las condiciones de acceso a la financiación de capital inteligente de una startup vasca con, pongamos por ejemplo, las norteamericanas, inglesas o israelitas. ¿Mal endémico?
Os dejo el habitual resumen del taller en este breve video: