Taller «Métodos de valoración de una startup y proceso de negociación Inversor/Emprendedor»

Valoración-empresasComo continuación de nuestro primer taller con Javier Giral (Deloitte) a propósito del proceso de compraventa y/o inversión de una sociedad, en el cual vimos de modo genérico la metodología que permite a una empresa prepararse para abordar con ciertas garantías de éxito la complejidad de la negociación entre el inversor/comprador y el emprendedor; quisimos en esta ocasión bajar más al detalle de cómo es el proceso de valoración de la startup por parte del inversor y cuales son las claves de negociación entre las partes que conducen a que la operación culmine satisfactoriamente.

Idea de partida del taller: La singularidad en la valoración económica de la startup reside en que ésta adolece de un “histórico de resultados financieros” en el cual basar el Plan de Negocio, en tanto en cuanto es la historia que su promotor cuenta al inversor sobre un futuro posible imaginado en base a hipótesis y previsiones de resultado de potencial negocio. No hay datos, tan sólo incertidumbre.

El emprendedor promotor deberá por tanto definir un plan de negocio bien armado, el cual basándose en la óptica de su producto, contemple con rigor todos los aspectos críticos de su negocio, como es la técnica aplicada de gestión empresarial, teniendo en cuenta los recursos clave necesarios, llegada al mercado, costes de inversión ocasionados…en definitiva todos aquellos aspectos que su lienzo de modelo de negocio contempla  y a los que deberá asignar números creíbles y suficientes para sostenerlo.

Primera cuestión subrayada por Javier: “Todas las valoraciones están sesgadas. El verdadero planteamiento es saber cuánto y en qué dirección. El entendimiento de una valoración es inversamente proporcional al número de inputs necesarios para su estimación”.

Así el precio será el resultado de una negociación, que depende de una serie de aspectos cualitativos, cómo:

  • La importancia estratégica de la startup

  • Complementariedad y sinergias ( Inversor Industrial )

  • Necesidad de la compra/venta

  • % de la participación a comprar/vender

  • Disponibilidad de la información

Son conceptos básicos conocer/distinguir entre el valor de mercado (determinado por la oferta y demanda) y valor intrínseco ( objetivo o potencial ) de la startup invertible. Así este último valor puede ser muy distinto para un Inversor Financiero de un Industrial (comprador estratégico) que valorará posibles sinergias y complementariedades con su propia empresa, que hace que pueda valorar más alto el precio de la startup.

Entrando de lleno en el proceso de Valoración de la startup por parte del inversor, el análisis del riesgo de inversión es el nudo gordiano de la negociación. Como es bien sabido, en la empresa recién creada no existe un histórico de resultados económicos que analizar, así que se parte de la previsión hecha por el equipo promotor de la startup en su Plan de negocio. Absolutamente subjetivo. Pura incertidumbre. Y como es lógico, el inversor financiero busca la TIR. El retorno de la inversión. Esto es lo que le va a preocupar fundamentalmente, y como tal dejará muy claro al emprendedor que el valor de su startup es el de la “caja que sea capaz de generar a futuro”.

En el caso del Inversor Industrial, quizás lo que pueda pesar más es la cuestión de confianza con el emprendedor, máxime teniendo en cuenta en cuenta que en la negociación se van a discutir otros aspectos fundamentales como son el “valor estratégico de participación del inversor y su capacidad o no de control de la startup”.

Por ello quizás el método de valoración más conocido y utilizado (entre otros muchos) sea el método de descuento de flujos de caja (DFC), que si bien es más propio para empresas con histórico de balances económicos anuales, en el caso de la startup es también utilizado por ser el método que quizás mejor refleje el negocio que ésta sea capaz de generar. Las ventajas expuestas del DFC como método de valoración es precisamente que al estar basado en los flujos de caja generados por los activos no está expuesto a “percepciones del mercado” siendo más tangible que un concepto de acciones bursátiles. Sin embargo sus inconvenientes son que los “inputs” ( hipótesis ) para comprender el valor “intrínseco de los activos” son muy difíciles de calcular y motivo de ruptura de negociaciones frecuente entre inversor y emprendedor.

Por ahondar más, Javier nos ilustró con varias de las complejas ecuaciones que se utilizan para calcular la tasa de descuento (tasa de retorno requerida por un inversor, ajustada al riesgo del activo invertido) así como el “WACC” ( coste medio ponderado del capital aportado por los accionistas e inversores ) y cómo finalmente llegamos al valor de la startup. Unas pinceladas que revelan la complejidad de un proceso de estas características, que en buena lógica necesitan del acompañamiento de un experto para llevarlas a buen puerto.

Pero no olvidemos que esta metodología (DFC) a menudo se verá complementada con otras metodologías existentes, como son las Comparables especialmente en los casos de las startups cuya actividad experimenta crecimientos muy veloces (ej el tecnológico ), con productos con ciclo de vida muy rápidos, novedosos, disruptivos..ante mercados todavía no preparados para asimilarlos, pero con enorme potencial de que se produzca en un futuro cercano…Tal y como señaló Javier, en estos casos la metodología de valoración por “Comparables” permite que el inversor pueda saber cómo el mercado las valoró y con qué criterios trasladables al caso.

Javier insistió mucho en que el emprendedor deberá de esforzarse y ser exquisito en que su plan de negocio sea coherente, absolutamente ponderado y realista, con uso de la más exquisita técnica y objetividad para que más allá de enfatizar la calidad del producto o invención que éste posea, su negocio sea capaz de pasar un examen a ojos de un inversor preocupado por recuperar (con los márgenes esperados)  su inversión. Es más, no es tan importante que todas las premisas apuntaladas en el plan se cumplan, cómo que éstas estén bien enlazadas, armadas, y contemple todos los aspectos críticos del negocio, desde los inherentes a la estimación de beneficios hasta todos los gastos a incurrir en concepto de salida al mercado, marketing, apertura de canales de distribución, costes estructurales y un largo etc..

En definitiva, un inversor esperará ver que el modelo financiero construído por el emprendedor, donde éste detalla los inputs (hipótesis) y outputs (resultados) soportados con sus correspondientes cálculos, en tanto en cuanto es un instrumento diseñado para proporcionar a la dirección de una compañía capacidad de decisión clave para la sostenibilidad y crecimiento de la empresa, presente los siguientes atributos:

  • Consistente.- Ausencia de incoherencias internas que le reste crédito

  • Flexible.– El modelo debe permitir poder analizar como evolucionan los resultados del modelo ante cambios en variables clave. Debe permitir el “análisis de sensibilidad”

  • Robusto.- Debe mantener su eficacia ante cambios de “escenario”, e introducción de modificaciones no contempladas a priori.

  • Adecuado al negocio.- Debe reflejar estar alineado con el negocio concreto que modeliza

  • Fiable.- No debe haber dudas sobre la fiabilidad de sus resultados

Como corolario a todo lo expuesto, Javier utilizó una metáfora para ilustrar el mensaje final. Evocó al mítico jinete Carudel para hacernos ver que el caballo (startup) contaba mucho, pero que el apostador (Inversor) en realidad por quien apostaba era por el jinete (el emprendedor). Y esta metáfora, los que hemos ido al hipódromo de Donostia y conocimos a Carudel la entendimos  perfectamente!

Y como viene siendo habitual, lo mejor de la experiencia del taller está en los 10′ de entrevista a Javier Giral que os dejo a continuación. No os lo perdáis!