Memoria Impacto Foro Emprendedores: “Gipuzkoa y las personas que emprenden: razones para el optimismo”

Memoria Impacto Foro Emprendedores: “Gipuzkoa y las personas que emprenden: razones para el optimismo”

En el 2017 decidimos embarcarnos en un proyecto de colaboración con la Universidad del País Vasco, y más concretamente con su facultad de Empresariales en Donostia. A propuesta de nuestro compañero del Foro Imanol Iturrioz (Sozial Neurri), decidimos hacer un exhaustivo estudio del impacto del Foro de Emprendedores en Gipuzkoa con la ayuda de un estudiante de fin de grado de la citada facultad que además basaría su trabajo de fin de grado en el estudio que realizaría bajo nuestra dirección técnica.

El acuerdo con la UPV nos ofrecía además otra interesante posibilidad. Ofrecer una experiencia de formación dual al estudiante elegido, Alex Baz. Algo que Alex, autor del estudio, ha sabido aprovechar sin ninguna duda y firmar así un trabajo redondo con el que se ha ganado el respeto de todos nosotros…e incluso el que haya sido contratado por una de las empresas del foro que pudo conocer en sus 4 meses de trabajo con nosotros.

Esta semana pasada dábamos a conocer el trabajo realizado en esta página y la nota de prensa que se adjunta más abajo:

“Gipuzkoa y las personas que emprenden: razones para el optimismo”

El estudio “Perfil de las personas emprendedoras y sus empresas”, un trabajo de investigación de fin de grado de Alex Baz con la dirección técnica del Foro de Emprendedores de ADEGI, concluye que el emprendimiento en Gipuzkoa goza de buena salud. El estudio ha contado con el apoyo académico de la facultad de Administración y Empresas de la UPV y el apoyo del Gobierno Vasco. Tras siete años de andadura el Foro ha querido realizar un estudio detallado que permita conocer mejor tanto a las personas emprendedoras, como a sus empresas.

El análisis no se limita a mostrar su perfil y a compararlo con el prototipo emprendedor de la CAPV, sino que profundiza en cuáles son las dificultades que tienen en la puesta en marcha y gestión de sus proyectos. Las personas emprendedoras siendo muy heterogéneas, tienen rasgos comunes que las diferencian de sus colegas del resto de la CAPV. Son más jóvenes y con formación universitaria en todos los casos. Sus empresas tienen un alto componente innovador y en su mayoría están relacionadas con el conocimiento, siendo casi la mitad de alto contenido tecnológico y teniendo la industria un peso significativo.

Esta elevada presencia de tecnología e industria puede justificar la menor presencia de mujeres en los equipos fundadores. Pequeñas empresas, microempresas en su mayoría, con una media aproximada de 10 empleados por empresa y con unos niveles de facturación y exportación destacables para su juventud. Empresas competitivas que son el presente y el futuro del territorio. Estas son las principales conclusiones del estudio. La edad media de los emprendedores se sitúa en los 32 años, de los cuales el 75% son hombres y el 25% restante mujeres, todos ellos con formación académica universitaria.

Casi la totalidad de los emprendedores contaba con una amplia experiencia previa en el mundo laboral, en su mayoría como directores de algún departamento de empresa. El 18% tenía experiencia en montar negocios anteriormente, mientras 1 de cada 10 emprendedores optó por crear su empresa nada más salir de la universidad. Su principal motivación para la creación de la empresa fue el aprovechamiento de una oportunidad de negocio. 2 Entre los aspectos positivos de la actividad emprendedora prevalecen conceptos como la libertad y autonomía que se consiguen trabajando para uno mismo y el desarrollo tanto personal como profesional que adquiere el emprendedor. En lo negativo, predominan la incertidumbre, el esfuerzo, la absoluta dedicación y la soledad. Con relación a este último factor, el 66% de empresas se fundaron por 2 o más socios con una media de 2,58 socios. El 40% de los emprendedores remarcan la falta de financiación como la principal dificultad a la que deben enfrentarse, en especial en las fases iniciales del proyecto. La mayoría se financia a través de fondos propios y familiares. Aunque 3 de cada 4 empresas recibe ayudas económicas por parte de organizaciones públicas, para la mayoría no suponen la principal fuente de financiación. El 52% de las empresas son microempresas.

Las pequeñas pymes forman el 31%, siendo la tipología de empresa más común del sector industrial en un 61% de los casos. Los trabajadores por cuenta propia representan el 13% del total. Coexisten dos prototipos de empresas. Aquellas que se dedican a actividades de alta intensidad tecnológica son principalmente sociedades limitadas pequeñas, con una antigüedad media de 5,8 años y 16 empleados por empresa. El resto de compañías que se dedican a los servicios, tanto intensivos como no intensivos, se caracterizan por ser micropymes con 4,6 años de media y 6 trabajadores por empresa. Los auto-empleados representan el 13% del total, actúan como consultores y asesores, basándose en los conocimientos adquiridos a lo largo de su etapa laboral anterior. Las trabajadores de las empresas cuentan con una mayoría de hombres (61%), frente a un 39% de mujeres. El 73% del total posee algún título universitario. La media global es de 9,8 trabajadores por empresa. La totalidad de empresas aplican, al menos, algún tipo de innovación. Aunque, los sectores más innovadores fueron aquellos cuya actividad es de alta intensidad tecnológica (industria, biotech y software).

El 100% de estas empresas empleó la innovación en producto. Más de la mitad de las empresas (54%) exportan al extranjero, sobre todo a países de la Unión Europea. De media el 41% de los ingresos totales de éstas provienen de mercados internacionales y los sectores más exportadores son el industrial, el biotech y el software. De esta manera se deduce que, los sectores más competitivos son aquellos con una alta intensidad tecnológica. El compromiso de las empresas para ofrecer oportunidades laborales a los jóvenes es relativamente alto. Durante 2016 se llegaron a realizar 103 contratos de prácticas, lo que se traduce en 1,18 estudiantes contratados de media por empresa. El grado de implicación dando charlas sobre emprendimiento en universidades también es elevado, aunque no tanto con los centros de formación profesional. Los sectores intensivos en conocimiento suman el 37% de las empresas y emplean a 117 personas (14% de los trabajadores totales). Se caracterizan por ser micropymes y auto-empleados con una antigüedad media de 4,7 años.

Y este es el video donde Alex y un servidor lo explicamos:

Las personas que emprenden en Gipuzkoa: Razones para el optimismo from adegitv on Vimeo.

Taller Mesa redonda: Universidad y Emprendimiento: ¿Una relación productiva?

Taller Universidad y EmprendimientoPunto de partida. Ideas fuerza que motivan organicemos esta mesa redonda: Decíamos en nuestra Propuesta Abierta para el desarrollo de una Gipuzkoa emprendedora:

i) «En los informes GEM de los últimos años la educación se destaca, de modo constante, como un freno para el desarrollo de una sociedad emprendedora».

ii) «Según el estudio sobre el perfil emprendedor de los universitarios guipuzcoanos (UPV 2007) la mayoría de los encuestados consideraban que tienen una preparación baja o muy baja y tan sólo un porcentaje reducido considera que tiene una preparación alta o muy alta”. El aspecto mejor considerado en su formación es el de los conocimientos, mientras que el peor es el de la experiencia». 

iii) «Es fundamental que la Universidad promueva la educación interactiva y experiencial, con prácticas, centrada en los valores del esfuerzo, la dedicación, que desarrolle la tolerancia a la incertidumbre y al fracaso. Se debería además potenciar el impulso de la transferencia de la tecnología resultante de la investigación en la Universidad, y vincularla a resultados, de modo que generen conocimiento y riqueza en las empresas innovadoras del territorio. En coherencia, debemos incrementar la relación de las universidades con las redes de empresarios y emprendedores…alentando la realización de trabajos conjuntos de estudiantes de gestión empresarial con estudiantes de enseñanza técnicas». 

Este es el contexto. Y actuar en consecuencia lo responsable. Así que nos pusimos en contacto con responsables de las cuatro universidades referencia en el territorio de Gipuzkoa. Con un objetivo: Explorar posibles líneas concretas de colaboración, empatizando sobre nuestras respectivas realidades y necesidades… En definitiva, reconocernos como compañeros de viaje con un horizonte común. Acordamos que hacerlo era posible y nos mostramos dispuestos a ensayarlo.  Por la vía de los hechos (que aún pequeños y humildes) son los que conceden credibilidad. Así que organizar una mesa redonda sobre Universidad y Emprendimiento nos parecía una forma óptima de comenzar. De conocernos mejor. Porque aquí todos y todas tenemos deberes por hacer. Y hablando de deberes, nuestros interlocutores nos propusieron la participación en la dinámica de los principales agentes del ecosistema emprendedor guipuzcoano – habituales colaboradores de los centros universitarios – como son Bic Berrilan, Fomento San Sebastián y la propia Diputación Foral de Gipuzkoa. Así la mesa redonda nos quedó de la siguiente manera:

i) Por la Universidad de Deusto: Tontxu Campos (Director Innovación y Emprendimiento) e Isabel Fernandez (Programa Innovandis) ii) Por la Universidad de Mondragón: Mikel Mesonero (Coordinador académico)  iii) Por la Universidad de Tecnun: Javier Ganuza (Dtor de Servicios y Relaciones Internacionales) iv) Por la U.P.V.Eduardo Malagón (Subdirector de Calidad e Innovación de la facultad de Empresariales)

Complementaron la mesa Laura Espín y Ainhoa Aizpuru por parte de Bic Berrilan, Iñigo Olaizola por parte de Fomento San Sebastián y Joseba Amondarain por parte de la Diputación Foral de Guipuzkoa.

He de reconocer que no se lo pusimos fácil. Queríamos un formato «dinámico y rápido», centrado en lo que cada Universidad estaba haciendo en relación a programas de mejora de la cultura emprendedora. Una suerte de «pitch elevator», que  no iba a permitir (no era el objeto) ahondar y profundizar. Nuestro objetivo era humilde en ese aspecto. La ambición sin embargo iba más por crear esos «contextos de crítica constructiva y confianza mutua» que aportan claves de trabajo común.

Y sinceramente, creo que lo conseguimos. Sin buenismos estériles, chocamos cuando tuvimos que hacerlo. Fundamentalmente en torno a la percepción de este Foro sobre el  papel que la universidad viene haciendo a la hora de fomentar actitudes y comportamientos emprendedores de sus estudiantes. Pero también con autocrítica, derivada de escuchar a los representantes de las universidades, contarnos experiencias docentes, programas, prácticas y convenios de colaboración que no conocíamos. En buena medida por que la exigencia del día a día en las empresas, así como los esfuerzos en procesar la sobreoferta de información existente  (economía de la atención) en temáticas sobre las que hay que estar informado, tampoco ayuda para estar al tanto de las «oportunidades y líneas de trabajo» emprendidas por la universidad en relación a sus estudiantes y egresados. A este respecto una reflexión personal: «La web social, la red…son canales de comunicación  magníficos, pero del todo insuficientes para basar en ellos toda tu estrategia de comunicación e interacción con tus stakeholders. Nada sustituye al diálogo directo y la voluntad de entenderse mirándose a los ojos».

Sin entrar a todo lo que la dinámica dió de sí (alargaría en exceso este post), sólo voy a incidir brevemente en los escollos y dificultades principales detectadas en la charla y algunas reflexiones al respecto. En genérico, sin valorar que tal o cual cosa le pasa a una universidad y no a otra y viceversa. A ver si lo consigo:

1.- «Hacer al alumno protagonista en su formación» y superar el esquema de impartición de clase unidireccional es una idea de trabajo asumida e interiorizada por los centros universitarios. Sin embargo (en sus palabras) «es difícil y complejo llevarla a cabo». Por limitaciones de las estructuras docentes y también en buena parte por imperativo de los propios alumnos. Es más cómodo llegar a clase y dejar que sea el profesor quien se «ocupe de todo».

2.- Es de perogrullo, pero no decimos que todos los alumnos y alumnas universitarias tienen que ser emprendedores, si entendemos la acción de emprender únicamente como constituir una empresa o trabajar por cuenta propia. Entendemos y defendemos el emprendimiento como actitud vital, y como tal, ésta se contagia e inocula cuando existen comunidades que las estimulan y comparten. En las empresas, en el mundo de la cultura, en nuestra sociedad en definitiva hacen falta personas creativas, innovadoras, transformadoras… La actitud emprendedora es básica para construir ese tipo de personas.

3.- Nuestra reflexión colectiva como Foro nos lleva a pensar (y creemos que es compartido) que las universidades que son capaces de implantar sistemas meritocráticos e innovadores en sus sistemas de docencia, que son valientes a la hora de priorizar el compromiso con las mejores prácticas de aprendizaje y generación de talento, – frente a un sistema de estructura docente que prima el confort de un profesorado acomodado en lo magistral, seguidista del hasta ahora siempre se ha hecho así -, es la Universidad que necesitamos y del futuro! En definitiva, aquella universidad que elige la senda de la mediocridad (endogamia y provincianismo) está condenando a sus estudiantes y a la sociedad a la que sirven a ser tan mediocres como ellas.

4.- Defender el corporativismo es natural y humano. A todos nos afecta. Sin embargo el gran reto es impulsar una sociedad que promueva una cultura emprendedora, donde la universidad aporte dos outputs principales: personas bien formadas y un conocimiento capaz de impulsar mayor actividad económica. Para ello la llamada «triple hélice»: universidad, empresas y administración tiene que funcionar. Perserverar en la idea de que la Universidad sea palanca de transformación y sostenibilidad de nuestro tejido empresarial y productivo. La gran misión.

Me dejo unas cuantas cosas por contar. Para otra ocasión, quizás. Termino, no sin antes agradecer a nuestros invitados su participación en el taller, y sobre todo por la predisposición mostrada en encontrar fórmulas de colaboración en las que ganemos todos. Es algo estratégico para la propia Adegi. En coherencia nos hemos comprometido con un plan de acción. Sabemos como hacerlo y no hemos hecho más que empezar.