Breaking Molds: «Buscas en las marcas algo parecido a lo que buscas en otras personas» Entrevista Emprendedores

Breaking Molds: «Buscas en las marcas algo parecido a lo que buscas en otras personas» Entrevista Emprendedores

mikel-cortes-e-imanol-abadEntrevista a Imanol Abad y Mikel Cortés Cofundadores de Breaking Molds y miembros del Foro de Emprendedores de Adegi,  realizada y publicada en el Diario Vasco.

Empresarios. Imanol Abad y Mikel Cortés, Fundadores de Breaking Molds.Abrieron su agencia de creatividad en 2010 con la mira puesta en lanzar campañas de publicidad «diferentes a las tradicionales». «La crisis económica nos ha permitido llegar a clientes que, a priori, eran menos accesibles»

Una pregunta te ronda la cabeza cuando dejas atrás la empresa que Imanol Abad y Mikel Cortés dirigen en San Sebastián: ¿Qué es realmente lo que te atrae de las cosas que te atraen? Una frase de Abad (Eibar, 1985) ha puesto los puntos sobre los íes minutos antes: «Lo que buscamos en las marcas suele ser muy parecido a lo que buscamos en otras personas». Imanol Abad y Mikel Cortés (Vitoria, 1985) fundaron en 2010 lo que se podría describir como una agencia de publicidad pequeña pero matona: Breaking Molds (rompiendo moldes) que, aunque abrió sus puertas en Donostia justo cuando la crisis saqueaba agencias de comunicación, ha realizado destacadas campañas para grandes firmas.

– Y haciendo «publicidad que no parece publicidad». ¿A qué se refieren?

– Mikel: Vamos más allá de la publicidad tradicional. Nuestro reto es sorprender de una forma eficiente, enganchar a la gente, a los consumidores, y no tiene por qué ser mediante una inserción de publicidad en prensa o en televisión, sino que utilizamos el canal más adecuado para cada caso: puede ser mediante un soporte tradicional, pero también a través de las redes sociales, de una acción callejera…

– Se me viene a la cabeza la que hicieron en el campus universitario con aquella campaña de ‘una foto contra el matón’…

– Mikel: O en la fachada de edificios emblemáticos con motivo de la capitalidad cultural de 2016. Lo que importa es la experiencia que vas a generar.

– Y que la marca atraiga, supongo.

– Imanol: sí, yo siempre digo que lo que buscas en una marca es al final muy parecido a lo que buscas en una persona. A lo mejor nos gustan las personas que son divertidas, simpáticas, honestas, que nos aportan un valor… Y nos gustan las marcas que reúnen esas características, que nos tratan con respeto, como a personas inteligentes y que son confiables.

– Mikel: Así que jugamos con la estrategia, la creatividad y el diseño para que las marcas de nuestros clientes sean preferibles a las de sus competidores.

– Aunque suena bien, no parece que el momento en el que montaron la agencia fuera el idóneo.

– Mikel: Sí, pero por otro lado también fue una oportunidad en el sentido de que, al haber menos presupuesto para marca y teniendo los gerentes y directores de marketing que priorizar mucho mejor las acciones a realizar, también empezaron a buscar no sé si acciones mejores, pero sí más eficientes a menor coste, y fue para nosotros una oportunidad porque nos dio acceso a clientes que a priori era muy difícil que empezáramos a trabajar con ellos.

– Imanol: Y como empezamos en el peor momento todo ha ido a mejor en comparación con otras agencias que venían de tiempos anteriores, cuando la publicidad era más rentable. Nosotros no hemos vivido eso y al final hemos montado una estructura acorde a los tiempos actuales, una estructura rentable que nos ha permitido tener una evolución positiva.

– ¿Cómo se les ocurrió abrir esta agencia?

– Mikel: antes de Breaking Molds lanzamos una red social en internet dedicada a los viajes –Trouristque no conseguimos hacer crecer todo lo que nos hubiese gustado y, en un momento dado vimos, por lo que estábamos haciendo nosotros en comparación con lo que estaban haciendo otras marcas, que teníamos mucho que aportar en el mercado en ese área.

– Imanol: Veíamos que se hacían acciones de marca tradicionales y que se podía hacer algo que rompiera moldes, más fresco, que diferenciara más una marca.

– Eran muy jóvenes. ¿Creen que las nuevas agencias se organizan de otra manera que las antiguas?

– Mikel: la forma de trabajar aquí es bastante flexible.

– Imanol: Y no creemos en departamentos en los que hay una diferenciación manifiesta por la que, por un lado están los que piensan, por otro los que se relacionan con el cliente, los que se encargan de la producción… Creemos que con ese tipo de organización al final se pierde o se puede perder mucha información en el camino, así que lo que hacemos son equipos ‘ad hoc’ para cada proyecto en los que nos encargamos de todo, desde el principio, desde esa primera relación con el cliente en la que te vienen con un reto, que ayudas a formular o a reformular y a profundizar en él, hasta que la campaña se puede dar por finalizada y se analiza el resultado.

– Y dejando a un lado lo bonito: ¿qué es lo más difícil de encajar en su trabajo?

– Imanol: cuando has dedicado mucho tiempo a plantear e idear una campaña que crees que tiene mucho potencial y, por lo que sea, no sale adelante.

– Mikel: Y trabajar con la creatividad, que no es lineal. Cuando te proponen un reto tú tienes que afrontarlo con el objetivo de dar una solución creativa y esa solución puede que no venga en el mismo día ni en los próximos dos días. Las ideas no cuentan, no se miden en horas. Obviamente, la experiencia te da cierto conocimiento de que un proyecto te va a llevar más que otro, pero no siempre se puede medir.

– Imanol: Aunque cuantas más horas le dedicas, más lees, más curioseas, más probabilidades hay de que salga una buena idea. El concepto de creatividad que nace entre cervezas, de manera informal, es un mito. Es más fácil que nazca trabajando.

– Por cierto, ¿les pareció que Donostia era el lugar ideal para abrir la agencia? Algunos creativos lamentan que su ubicación donostiarra les penaliza.

– Mikel: Bueno, Breaking Molds no surge de un plan estratégico que recogiera la ubicación según un análisis de mercado. En realidad estábamos trabajando con otro proyecto dentro de este entorno cuando empezaron a surgir oportunidades con empresas de aquí.

– Imanol:Y además creemos que el entorno es adecuado. En general en Gipuzkoa, en Euskadi, hay muchos gerentes valientes en el sentido de que nos encontramos con gente que cree que lo más arriesgado de todo es no hacer nada o hacer lo de siempre en un entorno que ha cambiado la forma de hacer las cosas. Al final, las agencias creativas no tienen sentido sin gerentes valientes y aquí los hemos encontrado.

 

Enrique Arrillaga (Muebles Lufe): «Si le va mal, el empresario se queda desprotegido y sin derechos» – Entrevista Emprendedores

Enrique Arrillaga (Muebles Lufe): «Si le va mal, el empresario se queda desprotegido y sin derechos» – Entrevista Emprendedores

Foto cortesía D.V. - Foro Emprendedores Adegi

Foto cortesía D.V. – Foro Emprendedores Adegi

Entrevista a Enrique Arrillaga, CEO – Cofundador de la startup  Muebles Lufe y miembro del Foro de Emprendedores de Adegi,  realizada y publicada en el Diario Vasco.

Fue al hacer un punto y aparte en su vida profesional cuando comenzó su verdadera historia. Arrillaga dio con la fórmula de negocio que lo devolvería al mercado. «Había que arriesgar y poner los mejores precios al cliente final, sin intermediarios»

Hace poco más de dos años Enrique Arrillaga decidió apostar la última carta que le quedaba sin saber que aquella carta era, en realidad, un as en la manga sobre el que se levantaría una empresa de éxito. Acababa de echar la persiana de un negocio familiar tras años intentando remontarlo cuando optó por tratar de vender por internet y a muy bajo coste unas camas de madera de pino que había fabricado. Y acertó. Aquella venta fue el origen de Muebles Lufe, una empresa afincada en Azpeitia en cuyo recibidor hay una exposición de muebles de madera maciza y líneas funcionales que dotan a la estancia de ese aire nórdico en el que todo parece sencillo y armonioso y equilibrado. Y así parece también ahora el mundo de su creador, un eibarrés que entra en la sala destilando a partes iguales optimismo y serrín. «Estaba taladrando unas piezas», justifica. Hoy trabajan a todo gas para amoldarse a un crecimiento constante. –Vaya aventura. De dos trabajadores a ocho, de trabajar en Azpeitia con madera de pino de aquí a vender todos los días en ciudades con tanta competencia como Madrid y Barcelona… Estará contento. – Sí, estamos contentísimos, y sobre todo disfrutamos muchísimo con lo que hacemos, con cómo estamos creciendo y cómo vamos ampliando productos e innovando para mantener el negocio vivo. Hemos pasado años duros, lo pasamos canutas antes de Lufe, pero ahora estamos disfrutando cada día.

– Por cierto, es un nombre curioso el de Lufe. ¿Qué significa?

–Local, universal, funcional y ecológico. Todo el producto que elaboramos lo desarrollamos con esas características. Trabajamos con madera de aquí, de producción sostenible y vendemos por internet con los precios más competitivos posibles.

– Pero ahora que ya les va bien, ¿no tienen tentación de subir los precios?

– Si fueran más caros no podríamos competir con Ikea, por ejemplo. Teníamos claro que había que arriesgar y los mejores precios que tenemos se los hemos puesto al cliente final, ahorrándonos los intermediarios, que encarecían mucho el precio. Esa ha sido nuestra apuesta.

– Viene de una empresa familiar que fabricaba tableros alistonados, ¿por qué no siguió?

– Mi padre se metió en el negocio del tablero alistonado en el año 92. Tuvimos unos años buenos, que yo creo que fueron 2002, 2003 y 2004, pero a partir del 2005 y 2006 empezamos a perder dinero y a intentar buscar formas de salir adelante. Trabajamos muchísimo por levantar ese negocio, lo intentamos y lo volvimos a intentar y a intentar de múltiples maneras, pero al final no fue bien. Fueron años durísimos. Lo perdimos todo, porque tomamos la decisión de apostar personalmente por aquella empresa porque creía que era capaz de sacarla adelante. Y no fue así. Tuvimos que cerrar y, bueno, a última hora habíamos sacado una serie de camas de madera y a mí la venta por internet siempre me ha gustado, pensaba que por ese canal teníamos una oportunidad y decidimos intentarlo. Así que cerramos la empresa en febrero de hace dos años y pico. Es entonces, cuando pierdes todo, cuando coges un papel y apuntas: ¿qué puedo hacer ahora? Podía buscar trabajo en otro lado, pero bueno, al final digo, pues la verdad es que esto de las camas me gustaría desarrollarlo.

– ¿Y qué hizo?

– Le llamé a un amigo, un empresario de aquí, de Azpeitia, Lander Garate, de muebles Begar, al que le dije que quería desarrollar la idea de vender las camas y que si me podía ‘acoger’. Y ni un problema. Y fuimos a su nave, y en su oficina, con un ordenador, hicimos una página web nueva, él nos empezó a fabricar lo que íbamos haciendo y a los tres meses ya alquilamos esta nave. Habíamos hecho un proyecto a un año con un plan según el cual si llegábamos a cierta facturación seguíamos con el negocio y, si no, lo dejábamos, y vimos que podíamos seguir adelante. Lombok Design de Zarautz nos ayudó muchísimo, así como serrería Larrañaga, y se nos añadió una diseñadora, Silvia Ceñal, que apostó por el proyecto cuando aún no había despegado… Encontramos muy buenas conexiones en gente que te entiende, que sabe lo que es sacar un negocio adelante, y entre todos arrancó esta empresa.

– ¿Por qué decidió vender por internet? ¿No se vuelve uno loco tratando con un montón de clientes particulares?

–No, lo de llegar del fabricante al cliente final directamente a mí me parece una maravilla. Nos hemos quitado a los intermediarios y hemos ganado un montón de oxígeno sin ellos. Yo con el canal de comercialización he sufrido mucho. El comerciante, por lo menos en mi caso, e igual ha sido por estar en un mercado en el que había excesiva oferta, casi siempre ha abusado de nosotros. Ahora con el cliente final la relación es mucho mejor. Y te quitas los bancos porque ganas una liquidez total, la gente sabe que tiene que pagar para recibir su producto y todo es más fluido.

– ¿Siendo la materia prima local, Gipuzkoa es su principal cliente?

– No, al final la gente nos conoce por internet, así que vendemos en todos lados, sobre todo en Madrid, Barcelona y Baleares un montón.

– ¿Cuántos pedidos tienen cada día?

– Unos veinte al día, el triple que el año pasado, es una pasada la evolución que estamos teniendo, estamos contentísimos. Vamos innovando en los diseños y ampliando la oferta. Para mantener la tienda viva tenemos que seguir sacando producto, siempre con la filosofía LUFE. Creo que tenemos un largo camino por delante…

– Imagino que no exento de miedo tras lo vivido.

– No. A ver, yo creo que hay cosas que no se te olvidan nunca, sobre todo porque yo creo que cuando eres un empresario –bueno, hablo de empresarios, pero en realidad nosotros somos unos trabajadores como cualquier trabajador, por lo menos los que yo conozco– cuando lo perdemos todo nos quedamos totalmente desprotegidos. Si te va mal, los trabajadores que arrastras contigo sufren muchísimo, pero tú te quedas sin ningún derecho y da igual que hagas las cosas con buena voluntad, siempre somos los malos de la película. Con esas experiencias se sufre mucho, pero al final te haces súper fuerte. No te queda otra. Trabajas internamente para alejarte de esos miedos que tienes todavía y poder salir adelante. Por suerte, nosotros lo que estamos viviendo es una buena etapa, tenemos mucho recorrido por delante, y preferimos trabajar y mirar hacia adelante.

Pablo Ayala (Innovae): «Gipuzkoa necesita más inversión y empresarios en nuevas tecnologías» – Entrevistas Emprendedores

Pablo Ayala (Innovae): «Gipuzkoa necesita más inversión y empresarios en nuevas tecnologías» – Entrevistas Emprendedores

Foto D.V. - Foro Emprendedores Adegi

Foto D.V. – Foro Emprendedores Adegi

Entrevista a Pablo Ayala, CEO -Cofundador de la startup  Innovae Augmented Reality a y miembro del Foro de Emprendedores de Adegi,  realizada y publicada en el Diario Vasco.

Empresarios.Pablo Ayala , Fundador de Innovae Augmented Reality. Pablo Ayala ha creado en Donostia una firma decidida a revolucionar las empresas con aplicaciones de realidad virtual y aumentada.«Hay empresas con departamentos de innovación que no innovan y al revés…»

De pronto apareces en el interior de un hangar. Hay una aeronave a un lado y máquinas enormes al otro; te acercas a ellas y con un mando les pides información real sobre su estado, información que se despliega frente a tus ojos. Después te quitas las gafas y vuelves a la realidad: estás en la empresa Innovae Augmented Reality, en San Sebastián. La empresa es real, al igual que la que hemos visto a través de las gafas de inmersión virtual, que son una herramienta que comercializa esta firma tecnológica creada por Pablo Ayala hace alrededor de dos años tras más de doce generando soluciones innovadoras para múltiples campos. Este ingeniero informático está actualmente viviendo un momento de ebullición y crecimiento tras años en los que la crisis económica ha puesto el freno a las nuevas tecnologías.

–Con estas gafas el director de una empresa no tendría que bajar a planta. Vería las máquinas

desde su despacho. –Y no tendría que llevar las máquinas a una feria con el coste de transporte que supone. Creamos un clon de las instalaciones, de las máquinas, que puede incluir información en tiempo real de su estado y el empresario se lleva las gafas.

–Y eso sería realidad virtual. ¿Y la realidad aumentada?

– Con realidad aumentada puedes ver las máquinas también, pero sin ‘transportarte’ a un espacio completamente virtual. Por ejemplo, tengo un catálogo, utilizo una tablet y con la cámara de la tablet apunto al catálogo y me aparece un 3D al que me puedo acercar con la cámara. Combina vídeo con 3D. Estas tecnologías se han utilizado tradicionalmente en el ámbito del marketing, la comunicación y el apoyo a la venta directa. La pequeña revolución en la que nos encontramos ahora es que las estamos aplicando en otros procesos críticos de las empresas, en la Industria 4.0, en diferentes ámbitos: en el apoyo al mantenimiento de máquinas, utilizando unas gafas de realidad aumentada para que tú puedas ver cómo vas reparando la máquina a la vez que lo haces, por ejemplo. O también podemos mandar los datos que genera una fábrica a un reloj…

– Vale, yo veo claramente cómo funciona tras usar las gafas. Pero hasta que no me las he puesto me costaba visualizarlo. ¿No es difícil ser empresario en un sector en el que la demanda puede ser inexistente por simple desconocimiento del producto?

– Pero nosotros siempre hemos trabajado así, teniendo que despertar una demanda latente…

– ¿Y no es agotador como empresario?

– Sí, puede ser agotador, pero tiene sus claves. Cuando un mercado madura y hay mucha gente que ofrece lo mismo que tú, el principal argumento de venta sería el precio y quizá el servicio, ya que no existirían elementos diferenciadores en el producto. Si en lo que tú ofreces hay algo completamente diferencial y que puede cubrir una necesidad, buscando un tipo de cliente específico que pueda sacarle provecho la demanda se va generando poco a poco. Digamos que trabajas en parte como un evangelizador acerca de la tecnología, tienes que hacer una labor muy didáctica y tienes que entender el negocio de tus clientes y cómo les puedes ayudar con tu tecnología y productos, porque muchas veces tienes que hacer algo que no se ha hecho todavía y que no está demostrado que vaya a funcionar.

– Y vender conceptos complejos.

–Sí, pero cuando lo ves tan claro y entiendes cómo funcionan algunas cosas en las empresas y ves que se pueden mejorar muchísimo… Lo cuentas y no se lo creen, pero vas poco a poco, haces un piloto para ir demostrándoles que las hipótesis se cumplen y cuando llegas al final del camino el cliente se queda encantado. – ¿Entre qué tipo de personas o empresas encuentra más receptividad? – La verdad es que no hay un patrón o un perfil. Incluso hay empresas que tienen un departamento de innovación y que no están innovando y empresas que no tienen departamento de innovación cuyo departamento de marketing y ventas hace cosas súper innovadoras. Es dar con las personas y las empresas. – ¿Cree que este sector, el de la innovación tecnológica, puede estar creando otro nuevo cinturón de empresas en Gipuzkoa? –No, creo que aquí estamos a la cola en lo referido a la creación de empresas basadas en nuevas tecnologías… Si ahora hay un polo en el Estado en que se estén generando mas startups en este sentido es en Barcelona. Aquí hemos perdido un poco el tren, necesitamos más emprendedores y más inversión para apoyarles.

– Han realizado trabajos para marcas conocidas, pero de otras comunidades. ¿No hay empresas vascas innovadoras?

– Sí, también. Ahora mismo estamos trabajando en varios proyectos muy innovadores con una empresa de Gipuzkoa del sector de la máquina herramienta y con una ingeniería vizcaína.

– ¿Cómo es trabajar aquí?

– Sería una mezcla de consultora de negocio y de empresa de vídeojuegos. Primero tenemos que averiguar cómo aplicar nuestros productos para generar eficiencia o mejorar los resultados de un negocio,y, posteriormente, producir contenidos 3D, y programar la interacción de los usuarios.

– Parece bonito este sector.

– A mí me encanta. Me gusta mucho trabajar en esto y el tiempo se me pasa volando.

– Ha creado varias empresas. ¿Nunca ha tenido inquietud por trabajar por cuenta ajena?

– Nunca. No sirvo para ello. Prefiero emprender.

– ¿Pese a las dificultades?

– Sí, que las tiene y más con el sarampión que hemos pasado todos con la crisis.

– Tampoco se han librado.

– No, es que ha afectado en todo y de una forma muy impactante porque ha habido una congelación de la actividad durante tres o cuatro años. Sin embargo, en 2015 el sector ha crecido muchísimo; hasta el punto de que cuando creamos esta iniciativa, desarrollar comercialmente España no era lo más importante –estábamos muy centrados en UK y México– y ahora estamos viendo que solo con lo de aquí no damos abasto. Y que siga así…

Entrevistas Emprendedores: Miguel Ángel Carrera: «La industria científica es maravillosa, pero hay que tener mucha paciencia»

Entrevistas Emprendedores: Miguel Ángel Carrera: «La industria científica es maravillosa, pero hay que tener mucha paciencia»

 Miguel Ángel Carrera, AVS . Foto cortesía D.V.

Miguel Ángel Carrera, AVS . Foto cortesía D.V.

Entrevista a Miguel Angel Carrera, CEO -Cofounder de AVS Added Value Solutions y miembro del Foro de Emprendedores de Adegi,  realizada y publicada en el Diario Vasco

Added Value Solutions (AVS) es una empresa del futuro enclavada en la Elgoibar del presente. Tanto es así, que a su director general y uno de sus tres creadores, Miguel Ángel Carrera (Vitoria, 1974), no le cambia la cara cuando le propones que fabriquen una espada láser. Es más, ríe y contesta: «Todo es ponerse». Esa confianza en sí mismo y en sus compañeros, Jon Osoro y RicardoDiego, les sirvió para dejar hace diez años sus empleos en Tekniker e Ideko, respectivamente, y lanzarse a crear una firma que hoy trabaja con la NASA, el acelerador de partículas (CERN) o la Agencia Espacial Europea. Sus productos (merece la pena visitar su web) son, sencillamente, los mejores de un mundo, reconoce Carrera, repleto de frikis brillantes.

– ¿Cómo y por qué alumbran AVS?

-Jon y yo, que somos o al menos éramos muy buenos, habíamos cumplido un ciclo, queríamos otras metas

-Ser bueno no garantiza nada.

-Es verdad, además estábamos recién hipotecados. Pero salvo la verguenza de fallar, sobre todo ante la familia, pensamos que siempre podríamos trabajar en otro sitio.

-Me falta el tercer mosquetero.

-El tercero es Ricardo Diego, un fenómeno al que conocía el padre de Jon, que por cierto ha sido una eminencia en Danobat. Somos absolutamente distintos. No nos parecemos ni en la forma de ser, ni en la de disfrutar de la vida, ni en los amigos… Yo, urbanita total; Jon, casero, que ordeñaba las ovejas antes de ir a Tekniker; y Ricardo, también distinto. Pero en el trabajo lo tenemos claro. Ni una bronca en diez años y un respeto de la leche entre nosotros.

-¿Cuál era el desafío?

-Ser proveedores llave en mano de grandes retos de instrumentación científica. Y aquí estamos, haciendo cosas difíciles en entornos difíciles, como el espacio, el vacío o bajo radiación o en criogenia. Lo hemos logrado, compitiendo con 40 personas desde Elgoibar contra empresas, la más pequeña, de 4.000. Es el puro estado del arte. Lo que hacemos es siempre la primera vez que se hace en el mundo.

-¿Hay compañías parecidas a la suya entre sus competidores?

-No. Lo más parecido es una compañía pequeñita en el estado de Nueva York. El resto son gigantes.

-Pero no empezarían trabajando para el CERN, ¿no?

-Claro. Empezamos haciendo diseño de máquina-herramienta, sobre todo para Danobat y Bost, y poco a poco esa actividad ha ido perdiendo peso hasta suponer menos del 30%.

-¿Quién le iba a decir en 2006 que su empresa fabricaría un brazo robótico para recoger muestras en un asteroide, eh?

-Ni de coña. Quién me iba a decir que desde 2012 en AVS hablamos todos los martes con la NASA. Es ya una rutina. Y así vamos a estar hasta 2019.

-¿Ha costado mucho?

-Imagínese. Hemos viajado mucho, sobre todo yo. Han sido años volando por el mundo, diciendo que lo podíamos hacer, con una presentación sin una puñetera foto ni nada… Y ahora tenemos proyectos preciosos que podemos enseñar a quien sea.Con la crisis se vio que no había trabajo seguro aún en una empresa de 200 años

-Además empezaron y al poco tiempo estalló la crisis…

-Pero en cierto modo eso nos ha ayudado.

-¿Por qué?

-Hemos podido captar mejor el talento. No quiero decir que hayamos contratado barato, sino que con la crisis se vio que no había trabajo seguro aún en una empresa de 200 años. La crisis nos equiparó en seguridad con cualquier otro.

-¿Se llevaron a los valientes?

-Sí. Además, cuando emprendes tu presión es el qué dirán. También tu familia. Los tres éramos jefes y reconocidos en nuestros trabajos y dimos el salto.

-¿Cual es su misión en la compañía? ¿A qué de dedica?

-A todo. Si le digo que acabamos de contratar a una persona para recursos humanos… Llevo las direcciones comercial, estratégica, de I+D, recursos humanos, márketing… (ríe). El más tonto de los tres era yo. Jon y Ricardo, que son buenísimos, llevan las direccciones industrial y de mecatrónica. Yo no he conocido ni en clientes ni en competidores a dos tíos mejores que ellos.Cuando emprendes tu presión es el qué dirán

-¿Es cierto que es difícil encontrar ingenieros en Gipuzkoa?

-Sí. Hay un problema de concepto. Los ingenieros ahora quieren gestionar personas, no ser técnicos. En AVS yo quiero que puedan ser técnicos toda su vida y que ganen como el mejor gestor. En las escuelas de ingeniería a nosotros nos vienen a ver cuatro y a CAF, cuatrocientos. En AVS, si quieres ser un friki toda tu vida te vamos a dar todos los retos del mundo en cacharrería difícil; y vas a trabajar con los mejores de EE UU, Japón o la India.

-Creo que ahora quieren empezar a producir en serie, ¿verdad?

-Sí. Es el siguiente salto. Nuestra estrategia era esa, pero había que encontrar el qué. Nuestra ventaja es que hacemos cosas complicadas y, de vez en cuando, tenemos la suerte de hallar posibles productos. Trabajamos en una atalaya. La industria de la ciencia es maravillosa, pero hay que tener mucha paciencia. Ahora vamos a hacer una parte de unas máquinas para diagnosticadores médicos para una empresa británica. También haremos una parte de unos satélites de telecomunicaciones. Y también hemos diseñado unas grandes estructuras para aceleradores. No es el camino corto, pero es el camino. Ahora tenemos que seguir en la atalaya generando confianza hasta encontrar el producto que nos saque de pobres.

-¿Ve factible un salto en Euskadi de la industria pesada a la industria científica o técnica?

-A lo mejor me meto en un jardín. Si te crean como ingeniero para producir para otros harás eso siempre, como persona y como país. Está bien, por que hay que dar trabajo a mucha gente, pero tiene que haber de todo. De todo es de todo.Ahora tenemos que seguir en la atalaya generando confianza hasta encontrar el producto que nos saque de pobres

-¿De dónde son sus proveedores?

-El más lejano, de Tolosa. (Ríe)

-¿Qué le sugiere la línea de 200 millones del Gobierno Vasco para innovación? ¿Es necesaria?

-Sí, pero el diablo está en los detalles. Que no te obliguen a trabajar sí o sí en la industria 4.0 o con un centro tecnológico. El dinero está barato, así que lo más importante son los avales. Pero cada empresa tiene necesidades distintas. No sé, es muy complicado. Imagínese que te vienen CAF, Ibarmia, un atunero y AVS. ¿Cómo hago una línea de financiación para todos? Lo mejor es no coartar la investigación y que sea abierta.

-Acaban de recibir el Premio Nueva Empresa de Gipuzkoa de Adegi. ¿Sirven estos galardones?

-Sirven, y mucho. Nos han llamado muchos amigos, muchos proveedores y muchos clientes. Necesitamos a todo el mundo motivado, así que ¡guay!

Entrevistas Emprendedoras: Concha Vidales (Dna Data): «Esta empresa la componemos solo mujeres y no es casualidad»

Entrevistas Emprendedoras: Concha Vidales (Dna Data): «Esta empresa la componemos solo mujeres y no es casualidad»

Concha VidalesEntrevista a Concha Vidales, CEO -Cofundadora de la startup biomédica Dna Data y miembro del Foro de Emprendedores de Adegi,  realizada y publicada en el Diario Vasco.

Empresarias. Concha Vidales, Directora Ejecutiva de Dna Data.Forman parte de la nueva industria de Gipuzkoa, la biomédica y científica. En su caso, las piezas con las que trabajan son el ADN de las personas. «La implicación con cada cliente es muy grande. No somos un supermercado de pruebas genéticas»

«El día a día aquí es trepidante», confiesa Concha Vidales. En el interior de su empresa, Dna Data, seis mujeres y varias máquinas descifran decenas de muestras de ADN. Buscan y estudian enfermedades genéticas y lo hacen sin olvidar una consigna: el factor humano. Vidales y su socia, Itziar Zubillaga, llevaban más de diez años inmersas en el mundo de las enfermedades genéticas en un reconocido centro médico guipuzcoano cuando vieron la necesidad de crear una firma biomédica dedicada al diagnóstico molecular de estas enfermedades. Hoy realizan diagnósticos especializados de alto valor añadido que por su escasa prevalencia o su gran complejidad los centros médicos externalizan. Detectan patologías cardiológicas, neurológicas, oftalmológicas o las dermatológicas… Y, por supuesto, son una empresa.

– Con todos los servicios que ofrecen, ¿ la gente les viene directamente a pedir pruebas genéticas para detectar enfermedades?

– No. Las pruebas que hacemos están orientadas a enfermedades muy complejas que se ven en los hospitales, y los pacientes nos llegan siempre a través de un especialista de un hospital que es el que hace la petición. En el caso de los particulares, suelen venir o bien para pruebas de parentesco, para una determinación de un sexo fetal o para consultas de asesoramiento genético, que también tenemos. Porque la gente a veces está muy perdida, imagínese igual hay una enfermedad genética en la familia y no saben muy bien qué es lo que tienen que hacer, sobre todo en caso de embarazo, y suelen llamar para que les orientemos.

– En un sector tan de futuro como el de la genética, ¿me podría avanzar alguna novedad que tengan entre manos?

– ¿Sabe qué pasa? Que siempre estamos haciendo cosas nuevas. Constantemente. Una de nuestras características más diferenciadoras es que trabajamos a la carta. Intentamos diferenciarnos de las grandes compañías, que se han convertido un poco en supermercados de pruebas genéticas, personalizando la labor para cada paciente. De acuerdo a lo que necesita el cliente le asesoramos sobre la prueba genética más adecuada e incluso a veces sobre la técnica más adecuada.

– Tenía un buen puesto de trabajo en una clínica privada. ¿Por qué decidió arriesgarse a montar una empresa?

– Llevábamos muchos años trabajando la genética cuando decidimos crear la empresa. Mi socia, Itziar Zubillaga, y yo estuvimos más de diez años en Policlínica Gipuzkoa, donde desarrollamos un Servicio de Genética Molecular. Con los años fuimos observando la necesidad de realizar diagnósticos más precisos y cada vez más automatizados que pudieran abaratar los costes y dar una solución rápida y fiable sobre todo en el campo del diagnóstico prenatal. Y pensamos que, por nuestra experiencia, era importante meternos en el mundo de la investigación ( han creado una unidad de I+D+i) y mejorar esos aspectos.

– Cuénteme cómo transcurre un día normal en una empresa de este tipo. Qué es lo primero que hacen.

– Llegamos hacia las ocho de la mañana y lo primero que hacemos es una reunión con todo el equipo técnico para valorar y priorizar el trabajo más urgente.

– ¿Todos los días hacen esta reunión?

– Sí. Porque aunque haya una planificación, el día anterior ha podido llegar algo urgente, como puede ser una muestra prenatal de una mujer que está esperando el resultado de un estudio genético para decidir si sigue adelante o no con su embarazo, por ejemplo. Y, claro, a esas cosas hay que darles una prioridad máxima y si tenemos que trabajar el fin de semana trabajamos. Todo el personal sabe la historia clínica del paciente, conoce de dónde viene, cuáles son sus circunstancias y eso hace que la implicación sea mayor a la hora de resolver el diagnóstico.

– No hubiera pensado que se atendiera tanto a las circunstancias del paciente. El mundo médico parece desde fuera más frío.

– No creo que lo sea, una cosa es que se mantenga la calma, porque si no iríamos todo el día corriendo por los pasillos, pero es un sector muy humano y yo creo que todos los profesionales se implican mucho para que las personas tengan una respuesta lo más rápida posible.

– ¿Qué cree que se podrá llegar a hacer en el futuro?

– Creo que el avance más importante tiene que ser el abaratamiento de los costes de la maquinaria y de los reactivos. Ahora mismo es lo que encarece las pruebas. La gente tiende a pensar que estas pruebas son caras porque nosotros ganamos mucho, pero realmente eso no es así, es que el material que se utiliza es carísimo.

– ¿Cuántas personas componen su empresa?

– Seis.

– Y todas mujeres. ¿Casualidad?

– No. Es una apuesta personal de mi socia y mía. Durante todos los años que llevamos trabajando en esto hemos visto que a pesar de que las mujeres estamos en todos los sectores de la sociedad, universidades y otros espacios, esa presencia no se refleja después en los puestos de responsabilidad. Aparte, veíamos que nuestro mundo, que es muy tecnológico, nos hacía trabajar muchas horas y era muy difícil compaginar la vida personal con la vida profesional. Queríamos tener una empresa que, primero, fuera horizontal, en la que todo el mundo tuviera una implicación y un grado de responsabilidad similar, y luego que las personas pudieran compaginar su vida personal con su vida profesional, que si tienen cualquier necesidad, puedan cubrirla.

– ¿Y qué tal se lleva en la práctica?

– Muy bien. Las personas que están aquí trabajando están muy implicadas en este proyecto, yo creo que les gusta la forma de trabajar, no hay que exigirle a nadie cumplir un horario ni que sea responsable porque están todas implicadas y agradecen el hecho de poder compaginar la vida personal con la laboral.

– ¿La crisis le afecta al mundo de las pruebas genéticas o es un islote?

– Le afecta. En el sentido de que los hospitales a veces se quedan sin fondos, los pagos se retrasan y en ese sentido sí nos afecta.

– ¿Qué diría que es lo mejor de su trabajo?

– Cuando puedes ofrecer una solución a pacientes que vienen ya desanimados. Poder darles respuestas.

Entrevistas Emprendedores: David Martínez (Lukan Gourmet):«La gente auténtica hace que el engranaje de una empresa funcione»

Entrevistas Emprendedores: David Martínez (Lukan Gourmet):«La gente auténtica hace que el engranaje de una empresa funcione»

David Martinez, fundador Lukan GourmetEntrevista a David Martinez, CEO -Fundador de la empresa Lukan Gourmet y miembro del Foro de Emprendedores de Adegi,  realizada y publicada en el Diario Vasco.

Empresarios. David Martínez, fundador y gerente de Lukan Gourmet,  elabora precocinados dentro de la denominada ‘quinta gama’. «Este es un sector muy cruel, pero es muy importante ser fiel a tu decálogo de valores». «No sé cómo es el empresario tipo aquí, pero el que aguanta los tiene bien puestos»

Tiene que ser complicado trabajar en la empresa de David Martínez cuando ronda el mediodía. Un intenso aroma a paella impregna su despacho ubicado en la planta superior de un amplio pabellón de Hernani en el que se ha instalado hace apenas unos meses, la última parada en la fructífera trayectoria empresarial de este donostiarra que ha pasado por Japón, donde trabajó con un conocido chef catalán, Estados Unidos o Latinoamérica. David Martínez (San Sebastián, 1976) dirige Lukan Gourmet, que elabora y comercializa productos alimentarios, o precocinados; un sector que describe como muy competitivo y en el que se mueve con una brújula: los ‘sabores madre’ que conoció en su casa

– También es ingeniero técnico, trabajó en una empresa de frigoríficos, y tiene un máster en comercio exterior. Digame, ¿por qué desembocó en el mundo de la gastronomía?

– Pues yo creo que porque no me llenaba nada de lo demás. Y después de muchas vueltas conociendo otras culturas gastronómicas y trabajando también en otras áreas, lo que sabía es que quería volver a Donostia y hacer algo alrededor de la gastronomía. Yo siempre he sido un poco el que cocinaba en la ‘soci’, en casa… En mi casa mi madre, mi abuelo, nos han metido mucho el tema del gusto y el sabor, y al final si te crías en una familia en la que el núcleo es un poco la cocina, esos sabores madre, que digo yo, los llevas dentro. Y dije, bueno, pues voy a hacer de mi afición una profesión y ahí la lié (ríe). Empecé con Kanpai, una tiendita delicatessen en la Parte Vieja (antes, con 22 años, ya regentó el bar Arrai Txiki). El proyecto de Kanpai era mucho más ambicioso –tienda con restaurante, lo que se lleva ahora, con opción a catar vinos, racioncitas…– pero empecé con algo pequeñito. Algo pequeñito que se fue haciendo más grande. A los cuatro años, en 2009, cogimos un pabellón en Martutene para hacer platos precocinados. Y fue bien, hasta que en 2011 llegó la crisis, y todo paró de golpe.

– Y era era la segunda embestida, la que cogió a traición.

– Después de las navidades, enero es generalmente malo y febrero también, pero no se recuperó en todo el año. Fueron dos años de caídas, hasta que en 2013 y 2014 nos estabilizamos. 2015 hemos subido y 2016 va a ser la leche (ríe). La verdad es que han sido unos años de locura. El pasado verano vinimos a este pabellón de Hernani. Nos hemos trasladado conscientes de los errores.

– ¿Por qué lo dice?

– En este sector, que es un sector muy, muy competitivo y muy cruel, o te quedas en muy pequeño, en tiendita, o lo haces grande. Y nosotros nos quedamos en la mitad. En estrategia empresarial, cuando viene la crisis, los de la mitad son los que vuelan. No teníamos una capacidad muy grande y no podíamos ser competitivos siendo además siempre muy fieles a una estrategia de valor: la buena  calidad. No concebíamos hacer toneladas de algo barato que se vendiera, yo creo que tienes que respetar tu decálogo de valores e intentar ser fiel a él pero desde el principio hasta el final. Ahora hemos aumentado la producción con la misma calidad y podemos dirigirnos a clientes más grandes.

– ¿En qué productos se han centrado?

– En el tradicional, que se consuma en casa: cremas y legumbres, pastas, guisos, carrilleras, albóndigas, pimiento relleno, salsas que vamos sacando… Al principio, cuando empecé con la tienda pusimos una oferta un poco diferente porque el momento yo creo que sí lo pedía. Ya había carniceros y tiendas que hacían ensaladilla, croquetas, san jacobos… Y yo quería hacer endivias al cava, faisán, solomillo relleno… Muy rico para el fin de semana, pero el martes te venían a por lentejas y no tenías. Así que a día de hoy nos hemos hecho un hueco en la oferta de producto tradicional con sabor de casa que vendemos a tiendas y a la hostelería.

– Al cocinero se le conoce más por su faceta de cocinero que de empresario. ¿Cómo es el empresario de la cocina?

– No creo que haya un empresario tipo. ¿Sabe qué pasa? Que en la quinta gama hemos aparecido desde el carnicero que fue creciendo y se puso a cocinar albóndigas en salsa, hasta el agricultor que empieza a cocinar unas verduritas, el cocinero que deja el restaurante o el inversor. Y no sé cuál es el empresario tipo de origen. Lo que sí sé es que el que a día de hoy aguanta, es que los tiene bien puestos. Tienes que ser un liante nato, tienes que tener capacidad de aprendizaje muy grande para seleccionar, saber ofrecer y tirar aguantando en este mercado tan competitivo con éxito.

– Por suerte para usted, fuera de aquí se compra mucho envasado.

– Cada vez más. Una de las cosas que nos ha hecho permanecer y ser cabezones es el hecho de que los indicadores dicen que la quinta gama es el futuro.

– Por cierto, le vi la mañana del día de Nochebuena en el Boulevard, fuera de la tienda Pantori, dando a probar una salsa de pimientos. ¿Además de dirigir hace las recetas?

– Sí, me gusta estar en contacto con la calle, estar con la gente y ver cómo reaccionan a un producto. Pero es un trabajo en equipo. El equipo muchas veces hace modificaciones, más que nada para agilizar la producción. Cuando se hace una cosa se prueba entre todos, pero quizás el que trae la información de fuera y dice vamos a trabajar en esta línea soy yo. Al final es el público el que te va empujando diciéndote saca esto saca lo otro.

– ¿Cómo es esta empresa?

– Es familiar. Trabajamos aquí con lo que me enseñó mi madre –Rosa Sánchez–que trabaja con nosotros y es el alma mater de esto, nunca mejor dicho. Sin ella esto no habría funcionado. Me vino a ayudar hace cinco años. Y luego está mi socio, que además es mi amigo, Javier Yeregui. Al final todo el espíritu que transmite una persona muy especial como es mi madre, en cuanto al equipo, en cuanto a las recetas, en cuanto al sabor… eso hace que el engranaje funcione. Cuando hay gente auténtica dentro de los equipos, todo fluye más y es mejor.